PERDER
ELMIEDO

¿Quién soy?

Soy licenciada en Filología Hispánica en la Universidad de Alcalá, allí estudié también un doctorado sobre literatura, mi tesina fue sobre teatro. En esa Universidad hice también un máster en gestión cultural. Paralelamente, estudiaba arte dramático en algunas escuelas de Madrid y empezaba a aparecer por la tele haciendo mis primeros anuncios de publicidad.

Salí de Guadalajara para vivir en Madrid, tenía 27 años, todavía no había acabado el doctorado y me movía entre cajas de libros y mis primeros guiones de televisión. Madrid, en los primeros años fue lo suficientemente duro como para tener que trabajar en otras cosas no necesariamente relacionadas con el mundo de la interpretación. Durante unos años trabajé en Ernst&Young y en Latham&Watkins. Tuve jefes tan generosos y comprensivos que me permitieron compatibilizar mi trabajo para la empresa con mi vocación artística. Siempre encontramos un camino que fuera justo tanto para la compañía como para mí. En mis compañeros encontré apoyo. Aparte de esta vivencia tan espectacular, aprendí cómo funcionan los equipos desde dentro. Observaba, supongo que mediatizada por mi vocación de actriz, cómo eran las relaciones profesionales día tras día y cómo se comunicaban ente ellos. Era interesante percibir cómo la comunicación era la herramienta transversal que se usaba para compartir las buenas noticias y gestionar las malas, resolver problemas, plantear objetivos o afrontar crisis. Algunas veces salía bien y otras veces no tanto. Y si salía mal, el problema tenía mucho más que ver con la comunicación interna que con la falta de compromiso.

Sin ser consciente en ese momento, ahora comprendo que todo lo que aprendí en esos 5 años de trabajo relacionado con el mundo de la empresa y la abogacía me vinculó a partes iguales con la filología y la interpretación al mundo de la formación en comunicación. La combinación de esos tres factores tuvo el suficiente sentido como para darme cuanta del apasionante camino que se me brindaba. Siento mucho agradecimiento por esta etapa de mi vida y algunas de las personas de esta época son ahora amistades importantes y enriquecedoras para mi.

Poco a poco empecé a trabajar como actriz en series de televisión como Acacias 98, Águila Roja, Centro médico, Cuéntame…, hice teatro y cine y he sido presentadora de televisión para TVE, Telemadrid, o MediaSet.

Nunca me desvinculé de la gramática. Para un filólogo es uno de los caminos más evidentes. Me encantaba la gramática desde pequeña y se me daba bien. Me divertía, y he dado muchas clases de esta materia. Agradezco por todos los alumnos que he tenido y tengo porque aprendo constantemente de sus preguntas y de sus respuestas. Enseñar gramática es enseñar a estructurar. El diseño de la estructura del discurso es para la base de la comunicacion efectiva, la línea que separa un discurso que se puede recordar de otro que no se entiende. El manejo de la argumentación está cien por cien involucrado con el trabajo con la estructura del discurso. Nunca hubiera percibido los textos tan profundamente si no hubiera sido por la filología de la misma manera que no hubiera disfrutado presentándolos en público si no hubiese sido por la actuación.

Mi conclusión es que Perderelmiedo se ha ido fraguando lentamente. Si lo pienso, de una u otra forma siempre me he dedicado a la comunicación y eso me ha llevado a exponerme una y otra vez. He tenido que aprender de ese miedo inicial, esa chispa que todos tenemos antes de una exposición en público, una entrevista en la radio o un turno de palabra en la reunión con el equipo o con la comunidad de vecinos. Hables en tu nombre o en el de otros, la comunicación puede ser una herramienta inspiradora para el entendimiento y el crecimiento. Cada persona que pierde el miedo a hablar en público me enseña algo. Y generalmente es algo que me mejora.